Sobre “la General” Ortega
Todo lo que rodea al inminente ascenso a General de la Coronel Patricia Ortega viene resultando desde hace tiempo, porque la cosa no es nueva, de lo más cutre, rancio y pastoso.
Los impulsores de ese feminismo estúpido, incluida la actual ministro de Defensa, Margarita Robles, reducen a la mujer a dos tetas y una vagina, la humillan al considerar que su único mérito es sexual al hacer de su sexo razón, extirpan de la mujer su cerebro, nos inducen a creer que toda mujer que obtiene un puesto o empleo en cualquier ámbito lo ha sido sólo por su condición femenina, impiden que valoremos a la mujer por sus méritos y, además, la despojan de su feminidad; para qué decir de su gran condición que es la maternidad y crianza de la prole. En el caso que nos ocupa nos hacen considerar que Patricia Ortega llega a General sólo por razón de su sexo, que no tiene valía alguna para tal cargo, que su cerebro es el de un mosquito, que es tonta y que lo que ha hecho hasta ahora es sólo pasear sus escasas beldades por los pasillos del Cuartel General del Ejército. Por cierto, algo en lo que la propia Patricia colabora con las vaciedades que hasta ahora la hemos oído y con las patéticas poses fotográficas que conocemos de ella.
Los contrarios, los que por ser mujer atacan el ascenso, no muestran mucha inteligencia porque generan una polémica innecesaria y vacua, así como estéril, que en realidad beneficia a las feministas. En estos casos es mejor la falta de aprecio.
En realidad, lo que debería ponerse sobre la mesa es algo muy distinto. Si se aceptó en su momento la entrada en tromba en las FFAA de la mujer, lo que no debió hacerse por razones obvias de operatividad y eficacia, es natural que con el tiempo no sólo una, sino varias, lleguen a los más altos puestos, luego la cosa, o sea, el ascenso de Patricia no debía ser ni siquiera noticia, como no lo es el ascenso de cualquier otro coronel. Aquí la propia Patricia se desacredita al prestarse a declaraciones y saraos que debió cortar de raíz al primer intento de unos y otros, lo que no ha hecho porque su categoría personal está a la misma altura que la forma en que se coloca el cubrecabeza, o sea, la gorra o boina.
El problema real, como decimos, es el papel de la mujer en las FFAA, es el haber admitido su acceso indiscriminación a todo tipo de empleos, lugares, puestos y cargos. Es incomprensible que haya mujeres en unidades operativas en las que además de introducir el elemento sexual, porque nadie es de piedra, ha traído consigo graves problemas en cuanto a la eficacia de las unidades, porque por mucho que se quiera no es lo mismo un legionario que una legionaria; un paréntesis: qué pena que ya La Legión no pueda desabrocharse la camisa porque se le verían los pechos. Otra cosa es su correcta inclusión en puestos y unidades donde tanto el hombre como la mujer pueden desempeñar cargos de igual forma porque los mismos no requieren de aptitudes específicas, como por ejemplo en los logísticos, de comunicaciones, etcétera.
Pero más aún: ¿qué empresa, y las FFAA como todas las instituciones en parte lo son, contrata mujeres porque sí, o sea, por razón de su sexo y la maldita e injusta paridad? ¿La eficacia de las FFAA ha mejorado desde y por la llegada masiva de mujeres a todo lugar? ¿Es que antes, sólo con hombres, las FFAA eran peores? ¿Es que no había hombres suficientes que hacía falta tirar de mujeres para cubrir las necesidades de las FFAA? ¿Se han utilizado, y dejado utilizar, las FFAA para potenciar el feminismo y con él la destrucción de nuestra sociedad? ¿Se pide la opinión de los militares, con las garantías precisas para estos casos, sobre la experiencia hasta la fecha de esa inclusión indiscriminada de mujeres en las FFAA? ¿Están los hombres discriminados en las FFAA? En caso de conflicto bélico real, puro y duro… ¿las mujeres en primera línea serán mejores que los hombres o disminuirán la eficacia de las unidades? Y mucho más de lo que nadie, ni hombres ni mujeres de las FFAA ni de fuera de ellas, quieren ni hablar.
Patricia Ortega, pobrecita, que no es de las Armas, ni tampoco de las “de tomar”, llegará a General porque sí, pasará a la historia del feminismo como bandera, pero habrá prestado un muy mal servicio a España, a las FFAA y a ella misma; máxime cuando no es, ni mucho menos, un ejemplo de marcialidad, porque en realidad la mujer no puede serlo a no ser que se convierta en un marimacho insufrible, porque no somos iguales, excepto en dignidad como seres humanos, porque no valemos indistintamente para todo, porque la milicia, en sus unidades operativas, es sólo cosa de hombres, y más la guerra en general; otra cosa es que como tenemos unas FFAA de mírame y no me toques, de pose y postureo, de trágalas y propaganda, hay Patricias Ortegas, y otras ya a la espera, que llegarán donde ni hacían falta, ni se las esperaba, ni se las necesita, ni… bueno, finalmente, es que hoy en día ser General lo es cualquiera… cualquiera que haya dejado en el camino, si es que alguna vez lo tuvo, el honor, el valor, el patriotismo y la dignidad, porque a la vista está que para ser General sólo hay que saber bajarse los pantalones, y ahora las faldas, cada día ante la caterva de políticos que sufrimos, y mantener impasible el ademán ante la destrucción de España, de la patria, mientras, eso sí, la cuenta bancaria recibe cada mes una sustanciosa transferencia en pago a todo lo dicho.
¡Enhorabuena Patricia! Lo has conseguido… por ser mujer, según ahora sabemos, serás General.

…pobre ejército, en manos de sus enemigos durante cuatro décadas. ¿Hasta cuando, Dios mío?… habrá que resistir, porque el que resiste, gana. Ánimo a todos los militares de España, sois muy queridos por todos, no perdáis el ánimo y recordad que España es ante todo católica y servidora de Cristo.
El ateísmo es incompatible con el patriotismo español, ya que el alma de España es católica y mariana. Pedidle fe a Dios, y sin duda os la dará; como nos prometió su hijo único Jesucristo, el mismo Dios encarnado en hombre: «Pedid y se os dará, llamad y se os abrirá la puerta». Si amáis a España, amaréis también su esencia católica, ya tengáis más ó menos fe… ya que la fe es un don recibido de lo alto (que se puede perder si uno traiciona a Cristo por sus intereses personales y recuperar si uno finalmente decide seguirle a Él arriesgando y renunciando a cosas).
¡Viva España con honor! ¡por Dios y por España!
«Resistir»…
es una palabra interesante …
(cojase un diccionario y busquese su significado)
Exactamente, ¿cuál sería el rango o empleo de esta mujer?: Generala de cuota, generaladecuotaporquelovalgo (a estilo alemán de antes) u otra denominación. ¿Álguien podría asesorarme en esta inquietante y espinosa cuestión? (me está quitando el sueño).
Estimado seguidor: también a nosotros nos quita el sueño, sobre todo por tratarse de asunto tan delicado, ya que en caso de conflicto lo de las «cuotas» mal puede servir. Así estamos. Mil gracias. Saludos cordiales
A propósito del ascenso a General de la tal Coronel Ortega quisiera lamentar, y sentir enormemente, que la infiltración mental, a la que estamos sometidos, haya sido eficaz incluso en las FAS españolas y que la imbecilidad social haya irrumpido tambiéb en ellas.
Soy de la delictiva opinión de que mientras haya hombres capaces la milicia debe ser cosa de hombres. Lo creo así porque, entre otros, los ejércitos juegan un papel intimidatorio, y frente a los potenciales enemigos de nuestra Patria, una unidad en combate mandada o integrada por mujeres, más que intimidar enaltecería y exaltaría al enemigo.
Por cierto, en la imposición del fajín, el General Varela, Jefe del Estado Mayor del Ejército, cometió un error en su discurso al manifestar, como no para adornarse políticamente, que en las FAS no existe discriminación por razón de género. Sin embargo en los procesos selectivos, las marcas exigidas en las pruebas de aptitud física, son distintas en función del género que posea el aspirante.
Estimado seguidor: seguro que sabe más de lo que nos dice. Magnífico aporte a esta cuestión. Muy detallado. Si tiene más no dude en aportarlo. Coincidimos con usted en que la guerra es cosa de hombres. Saludos cordiales
Sí, también coincido… la guerra es cosa de hombres. ¿Cómo puede una mujer matar al hijo de otra mujer?. Matar no pertenece a la feminidad, que da la vida y la nutre.
En cuanto al combate un no rotundo, sin embargo la Defensa Nacional es cosa de todos, por lo que la mujer debe estar presente en servicios auxiliares, de administración, de organización, de sanidad, y un largo etcétera (con cierta formación también en combate, porque en zona de guerra siempre se puede presentar)… sí creo que debe estar en las fuerzas armadas españolas. Además, si Dios así lo dispone la mujer puede no tener más remedio que combatir, recordemos el caso de Agustina de Aragón, heroína donde las haya (además toda la ciudad de Zaragoza con todas sus mujeres y niños combatió ferozmente y heróicamente a los franceses invasores).
En muchos países la mujer está en las fuerzas armadas (EEUU, Israel, Rusia y la antigua URRS, etc), pero creo que es preferible que no esté en unidades de combate, por razones prácticas y filisóficas (e incluso espirituales). Sin embargo la Defensa de España es cosa de todos, no lo olvidemos. Cuando vuelva la «mili» habrá que incluir en ella a las mujeres, aunque soy de la opinión que nunca en unidades de combate.