Sobre las traducciones de los evangelios que se leen en la Misa
En el Evangelio que se lee en la Misa de hoy tenemos un claro ejemplo de cómo se manipulan las traducciones del original griego para adecuarlas, en base a la «hermenéutica de la continuidad», a los cambios introducidos en la teología y en la liturgia principalmente tras el Concilio Vaticano II y hacer que los aceptemos sin crítica.
Los ejemplos podrían multiplicarse hasta el infinito, pero el caso a que nos estamos refiriendo es muy significativo de cómo bajo el deslizamiento de una sola palabra se esconde una deriva teológica de impredecibles consecuencias.
Pro Multis o Pro Omnibus. Ha habido, y continúa habiendo, muchas graves manipulaciones, como la de la traducción de “pro multis” como “por todos” en la plegaria eucarística de la Misa, la cual recoge la frase textual de Cristo, quien, según Mateo y Marcos dijo “por muchos”, según Lucas y Pablo “por vosotros” (“el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos”). El 17 de octubre de 2006 el entonces prefecto de esta congregación romana, el cardenal Francis Arinze, por indicación el Papa Benedicto XVI, ordenó a todas las conferencias episcopales del Mundo, que se corregiera estas palabras del Misal Romano editado en cada país en la lengua vulgar correspondiente, para que, de este modo, las traducciones a las diferentes lenguas vernáculas estuvieran perfectamente en sintonía con el original latino aprobado por la Santa Sede y que concuerda con la literalidad de los evangelios. En España es fundamental cambio tardó varios lustros en producirse, con el consiguiente escándalo y perversa deformación de conciencias (“todos se salvan”).
Uno muy trascendente que aún se conserva es la perversa traducción del ofertorio, parte también sustancial de la Misa, está en relación con traducir “presentar” los bienes en lugar de “ofrecerlos”.
Otro ejemplo es el texto de la oración de poscomunión que se repite en varias ocasiones durante el Adviento: en el misal anterior a la reforma del Concilio Vaticano II, esta oración decía: «enséñanos a despreciar las cosas de la tierra y a amar los bienes del cielo» («terrena despicere et amare coelestia«). En cambio, el Misal actual, fruto de un cambio de mentalidad, nos hace decir: «Te pedimos, Señor, que nos des sabiduría para sopesar los bienes de la tierra amando intensamente los del cielo”.
Pero, centrándonos en la Misa del sábado de la 32ª semana del Tiempo Ordinario, el Evangelio según san Lucas 18, 1-8, relativo a la parábola del juez injusto y la viuda perseverante, puede considerarse como uno de los mejores ejemplos de falsa traducción modernista. Por cierto, S. Lucas es el único que recoge esta parábola y esta frase. La traducción de la Conferencia Episcopal Española dice, desde hace ya bastantes años: “… pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará ésta fe en la Tierra? Pero la traducción real, según se puede encontrar en Struaubinger y otras, es la (fé). El cambio es radical, pues Nuestro Señor, y la sabiduría de la Iglesia tradicional que incluye este Evangelio a finales del Tiempo Ordinario, en vísperas de las próximas lecturas relativas al Fin de los Tiempos recogidas fundamentalmente en El Apocalipsis (tan verdad revelada y materia de fé como Los Evangelios), nos está anunciando el misterio cierto de que la Iglesia pasará por una apostasía casi universal antes del triunfo del Inmaculado Corazón de María y la Segunda Venida de Cristo (Parusía).

Por más abominables que sean, las manipulaciones aquí referidas son una minucia comparadas con el cúmulo de falsedades de la nueva liturgia o de las nuevas liturgias. Consecuentemente lo que se considera mayormente la misa NO es la misa. Por analogía: ¿puede el papa enseñar lo de Satanás? ¡Claro que NO! Luego Bergoglio TAMPOCO es papa. ¿Son verdaderos los sacerdotes que siguen al antipapa? ¡Claro que NO! Tengamos además en cuenta que muchos de estos falsos curas han sido falsamente ordendos por falsos obispos que a su vez fueron falsamente ordenados et cetera. ¿Qué hacer entonces? El que lo sabe no necesita respuesta; el que no lo sabe, que espabile.
Con respecto a los sacerdotes, supongamos 3 situaciones:
1ª Sacerdotes que fueron verdaderamente ordenados por un obispo, son aquellos que, a su vez, este obispo no fuese nombrado por los usurpadores; es decir, no nombrados estos obispos por Roncalli y sucesores hasta la actualidad.
2º Los sacerdotes u obispos que fueron ordenados por un hereje (falso obispo o Papa) desconociendo esta última condición, cabe la posibilidad que N. S. JESUCRISTO pudiera considerarlo como sacerdote u obispo legítimo. Como no soy un experto teólogo, ya ni digo el JUEZ JUSTO, no sabría con absoluta seguridad esto. La conciencia y el corazón lo lee DIOS y Él dictamina.
3º Independientemente de todo lo anterior, los sacerdotes que supuestamente se consideran como tales por haber sido ordenados por el obispo de turno. Dejan de ser sacerdotes –por herejía- si siguen a un obispo hereje. Por ejemplo, tienen que denunciar públicamente a su obispo que le prohíbe celebración Santa Misa Tridentina, obliga a decir que el dios de los judíos, musulmanes y católicos es el mismo, pedir por la unidad de la Iglesia Católica y NO la conversión con los “otros” que se consideran cristianos (luteranos, anglicanos,…), que una pareja del mismo sexo pueden recibir el séptimo sacramento, dar la comunión en la mano o sin estar en Estado de Gracia, ausencia de Agua Bendita en la pila de la entrada o no celebrar Santa Misa con la excusa de contagio,… Sí aun por encima –estos supuestos sacerdotes- fomentan el marxismo, dan excepciones al abortar, … Dejarán de ser de facto sacerdotes por ser perfectos herejes.
Es decir, aun considerando que todos los sacerdotes fuesen ordenados válidamente estamos con un número muy escaso de auténticos sacerdotes por dejar de lado la sana Doctrina Católica que por Tradición conocemos y hemos recibido de CRISTO.
Lo claro y determinante es que no se puede seguir a un hereje. Y actualmente el Vaticano en pleno es apóstata de CRISTO.
En caso de no encontrar donde se celebre la Santa Misa, rezar diariamente el Santo Rosario y refugiarnos en el Inmaculado Corazón de Santísima Virgen y en el Sagrado Corazón de N. S. JESUCRISTO.
Una falsa Iglesia necesita un falso evangelio, una falsa misa y un falso papa. Lo extraño es que sean tantos los «católicos» que todavía no se han dado cuenta del cambiazo.
Vivimos en una manipulación permanente de todo, nos engañan en todo, una suplantación de la verdad en todos los ámbitos, no solo en el de la «memoria histórica» sino también en los valores, en las virtudes y en el propio Evangelio. Hace bien el autor, con sus profundos conocimientos en doctrina Católica, alertarnos de que nos están timando en cada misa.
La Santísima Virgen María nunca podría rezar el Padre Nuestro “cambiado” por Wojtyla:
…perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,…
Pues JAMÁS ofendió a DIOS al ser por deseo divino INMACULADA CONCEPCIÓN, Ella es la INMACULADA CONCEPCIÓN.
Y sí podría rezar:
… perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores,…
Es decir el Padre Nuestro oración dada por N.S. JESUCRISTO que viene en los evangelios y que se reza en la Santa Misa es distinta de la utilizada por estos seguidores del CVII.
La novus ordo, no es misa.
Siempre es grato comprobar que después de San Agustín y de Santo Tomás, la Iglesia Católica sigue dando grandes teólogos.
Sobre todo en nuestros días. ¿Verdad Miquel?