Sobre los malos españoles de Cataluña
Sobre los malos catalanes, que no son todos ni mucho menos, es decir, sobre aquellos que dicen no ser ni sentirse españoles, han sentenciado muchos personajes de nuestra historia a lo largo de ella. Recordemos sus asertos, sin olvidar que se refieren sólo a esos, no a los catalanes de verdad, es decir, a los españoles de Cataluña.
Nunca debemos ni podemos hablar de «los catalanes», como de nada en general, porque generalizar sobre cualquier cosa o asunto es siempre erróneo e injusto. Que Cataluña es España no lo discuten nada más que aquellos españoles que reniegan de su españolidad, algo anormal y degenerado. Que hay españoles de Cataluña que saben que son y se sienten españoles es una evidencia que nadie puede negar. Que, por desgracia, hay españoles de Cataluña que dicen no ser ni sentirse españoles es también otra evidencia que, de nuevo por desgracia, no podemos negar. Y es que en toda familia hay siempre una o varias ovejas negras, en toda colectividad una o varias anormalidades. Lo anterior no tendría mayor importancia siempre y cuando a dichas anormalidades y degeneradciones, precisamente por lo pernicioso que son y pueden resultar, se las mantuviera sujetas, no se las hiciera ningún caso, no se las apoyara de ninguna forma y mucho menos se las utilizara como medio para conseguir nada; todo lo cual, otra vez por desgracia, vienen haciendo los partidos mayoritarios en su siniestro, repugnante y vil juego de simple lucha por el poder.
Dicho lo anterior, veamos lo que personajes relevantes de nuestra historia han opinado sobre «los catalanes», bien entendido que sólo sobre esos españoles de Cataluña que, por anormalidad o degeneración, estupidez o incultura, dicen que no son ni se sienten españoles.
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