Toda España es Gibraltar
Como pasó con los comunistas cuando se murió Stalin, ahora son los liberales los que lloran la muerte de su reina y se cuelgan mandiles de luto. Si el agit-prop proletario lloraba al Padre de los Pueblos, los columnistas de la prensa global plañen por la madrastra del planeta. Sí, en Inglaterra ha muerto la jefa del tinglado y en sus colonias ibéricas (las dos de siempre: Gibraltar y Portugal, más la España pidgin de los Borbones) todo son lágrimas y paños negros. Tristes días para los súbditos secretos de Su Majestad, para sus fieles agentes nativos. Tienen razón, desde 1833 la política española se decide en Londres o en París. Basta con leer la prensa liberal y “conservadora” para asistir entre divertidos y asqueados al obsceno espectáculo de la anglofilia de nuestras clases dominantes (llamarlas élites es un elogio que no merecen.)
Miles de cejijuntos palurdos celtíberos, de pulseras dorás y tatuaje de Camarón en el omóplato, lamentan la muerte de una anciana que nos obsequió con el paraíso fiscal de Gibraltar y con una sutil cadena de desprecios, que van desde el viaje de bodas del actual Carlos III hasta los petroleros monocasco y los submarinos nucleares que en su rada se hospedan, por no hablar de las casas de apuestas, el narcotráfico, los lavaderos de dinero y todas aquellas especialidades propias del imperio británico, transformado ahora en una cadena global de paraísos fiscales. Los españoles somos como el perro que lame la mano que le azota. Así nos va.
En Madrid, para no perder la ocasión de figurar en los titulares, la presidenta de la taifa decidió decretar tres días de luto por el óbito de una aristócrata extranjera que no vivió en la Villa y Corte ni una semana. No se hizo lo mismo cuando pasó a mejor vida Ava Gardner, ni se le dedicó siquiera una calle, y eso que ella sí fue una hermosa, dionisíaca y mítica residente madrileña. En cambio su antítesis, Margaret Thatcher, agria, fea, sanguinaria y nada amiga de España, de la que no recordamos haber recibido ningún beneficio, goza de una céntrica plazuela que hoy insulta el centro de la capital del reino.
Nadie sabe muy bien qué etimología tiene el término Hispania, pero eso de tierra de conejos le viene al pelo. Mejor aún le vendría el de Cornudia. Tal y como está el país, quizá no sería mala solución que Carlos III nos mandara un embajador con tricornio emplumado y casaca bordada a gobernar esta aspirante a colonia de la Commonwealth. Con un poco de suerte, nos dejarán entrar en el cantonment a limpiar el bungalow de los sahibs.
Para El Manifiesto

Robado en 1713 y desde entonces y progresivamente, no se ha podido recuperar, por los traidores que viven en España-
Sí sólo fueran las «clases mangantes», me temo que el sentido perruno afecta por igual al «pueblo plano» y digo «plano» no llano que es otra condición. Pueblo de ilotas que se saben mejor las letras de los grupos musicales británicos, que las letras de las obras de nuestros clásicos.
Sin embargo, yo sí envidio sus valores, los mismos que aquí no abundan precisamente y así nos va. Amor a su patria, historia y tradiciones. Su sentido del honor, el suyo pero dónde está el nuestro? Su arrojo, su valor, su determinación… Demasiadas admiraciones, no, indignación porque este pueblo de conejos es incapaz de lo mismo. Todas esas cualidades no son inglesas, son propias de cualquier pueblo patriota. Pero en Hispania casi no quedan, será que al final sus enemigos lo han logrado y la han matado?
Tendremos derecho a quejarnos sí como hombres no hemos sabido conservar lo nuestro?
Muchos de esos «valores» los han copiado de España, porque son muy copiones, y a nosotros todo el mundo nos copia pero nadie nos da crédito por ello. Seguro que en sus años de auge leían a Cervantes (traducido) en sus colegios de élite, y pudiero aprender mucho de la vida caballeresca y de la virtud cristiana pura, ó sea católica. Y así con otras muchas cosas. De hecho el té de las 5 es una copia del chocolate de las meriendas del Madrid de los Austrias, y el «Gentleman» inglés bien podría ser una copia del Caballero cristiano español del siglo XVI y XVII sólo que le faltaría un hervor ó dos (y lo que es más importante les faltaría a la mayoría la fe verdadera, ya que sin el catolicismo para poco sirven los «valores»).
Como bien dices tienen cosas muy buenas (como cada país tiene las suyas), sobre todo que cuidan de lo suyo con esmero, y eso nos debe servir de ejemplo para emularlo. Respeto total al pueblo y la nación británica (hay que separar bien ésto, porque una cosa es una cosa y otra la otra), y también a sus instituciones (más allá de estar prevenidos, porque nos han hecho muchas desde su política exterior y su masonería), pero nada de peloteos absurdos con la jefe de Estado de un país que entre otras cosas mantiene una indigna colonia en nuestro territorio (Gibraltar), y eso en la Europa del siglo XXI. Un país extranjero (a respetar) pero al que no le debemos ningún favor precisamente, y con la vergüenza de Gibraltar en nuestras narices.
Fetén, don Sertorio.
Brillante artículo Sr.Sertorio.
La isla pirata que se creía superior a nadie engaña ya, solo al que se deja engañar.
«No hay necesidad de tomar venganza en contra de la gente mediocre. La mediocridad es su castigo».
John Hawkins
Y las ISLAS MALVINAS, de nuestros compatriotas argentinos…
MARRUECOS, EL REINO HUNDIDO DE LA GRAN BRETAÑA, y USA, son nuestros principales enemigos.
Y conviene tenerlo en cuenta…
Completamente de acuerdo con don Fernando Cavanillas. ¡Viva España!