Todas las formas de gobierno son licitas si salvan la religión y la justicia

Antes del cambio radical de doctrina que supuso el Concilio Vaticano II, conviene traer a la memoria la doctrina de la Iglesia referente a las diversas formas de gobierno de los Estados. Cualquier forma de gobierno era aceptada por la Iglesia con tal de que aquella respetara la religión católica y la justicia.

La Iglesia es distinta al Estado. Tiene una constitución que, por naturaleza, es semejante a la monarquía, pero en su origen, causa y naturaleza es muy distinta a cualquier reino. Es comprensible que la Iglesia viva y se gobierna con normas e instituciones ajustadas a su propia naturaleza. Ahora bien, la Iglesia católica no es sólo es una sociedad perfecta, sino que, además, es superior a cualquier otra sociedad o institución humana -aun cuando hoy día se muestre una institución más entre otras, incluso con aspiraciones “democráticas”- razón por la cual, siempre ha rechazado toda posición partidista y todo servilismo a las cambiantes forma de gobierno. Esta es la razón por la que la Iglesia siempre ha juzgado que no es de su competencia declarar cuál es la mejor forma de gobierno.

Queremos seguir el Magisterio eclesiástico referente a este punto de las formas de gobierno de los Estados.

      1.Todas las formas de gobierno son lícitas si salvan la religión y la justicia.

  • La Iglesia aprueba todas las formas de gobierno, con tal que queden a salvo la religión y la moral (Sapientiae Chritianae. 15. León XIII).
  • En la política, que no puede quedar separada de la moral y de la religión, se ha de tener siempre presente en primer lugar la intención de servir lo más eficazmente posible a los valores del cristianismo (Ibid.).
  • Hay que combatir en defensa de la religión, que es el bien común por excelencia, al cual todos los demás deben subordinarse (Ibid.).
  • La Iglesia católica, no estando bajo ningún aspecto ligada a una forma de gobierno más que a otra, con tal que queden a salvo los derechos de Dios y de la conciencia cristiana, no encuentra dificultad en avenirse con las diversas instituciones políticas, sean monárquicas o republicanas, aristocráticas o democráticas (Dilectissima Nobis. 6. Pío XI).
  • Todas y cada una -de las formas de gobierno- son buenas, siempre que tiendan rectamente a su fin, es decir, al bien común, razón de ser de la autoridad social (Au Milieu des Sollicitudes. 15. León XIII).
  • No está prohibido preferir para el Estado una forma de gobierno moderada por el elemento democrático, salvada siempre la doctrina católica acerca del origen y el ejercicio del poder político. La Iglesia no condena forma alguna de gobierno, con tal que sea apta por sí misma para la utilidad de los Pero exige, de acuerdo con la naturaleza, que cada una de esas formas quede establecida sin lesionar a nadie y, sobre todo, respetando íntegramente los derechos de la Iglesia (Libertas Praestantissimum. 32. León XIII).
  • La Iglesia no condena en modo alguno las preferencias políticas, con tal que éstas no sean contrarias a la religión y a la justicia (Cum Multa. 3. León XIII).
  • No hay razón para que la Iglesia desapruebe el gobierno de un solo hombre o de muchos, con tal que ese gobierno sea justo y atienda a la común utilidad (Diuturnum Illud. 4. León XIII).
  1. Los ciudadanos son libres para proferir la mejor forma de gobierno que se acomode a su nación.
  • En el ámbito del valor universal de la ley divina… hay un amplio campo y libertad de movimiento para las más variadas formas de concepciones políticas (Grazie .23. Pío XII).
  • En este orden especulativo de ideas, los católicos… disfrutan de plena libertad para preferir una u otra forma de gobierno, porque ninguna de ellas se opone por sí misma a las exigencias de la santa razón o de los dogmas de la doctrina católica (Au milieu des Sollicitudes. 15. León XIII).
  • …. no está prohibida a los pueblos la adopción de aquel sistema de gobierno que sea más apto y conveniente a su manera de ser o a las instituciones y costumbres de sus mayores (Diturnum Illud. 4. León XIII).
  • … la Iglesia ha dejado siempre a las naciones la preocupación de darse el gobierno que juzguen más ventajosos para sus intereses (Notre Charge Apostolique. 31. Pio X)
  1. Los regímenes políticos no son inmutables.
  • … sea cual sea en una nación la forma de gobierno, de ningún modo puede ser considerada esta forma tan definitiva que haya de permanecer siempre inmutable, aun cuando ésta haya sido la voluntad de los que en su origen la determinaron (Au milieu des Sollicitudes. 18. León XIII).
  • Estos cambios [de forma políticas vigentes por otras nuevas] están muy lejos de ser siempre legítimos en el origen; es incluso difícil que lo sean. Sin embargo, el criterium supremo del bien común y de la tranquilidad pública impone la aceptación de estos nuevos gobiernos establecidos de hecho sustituyendo a los gobiernos anteriores que de hecho ya no existen. De esta manera quedan suspendidas las reglas ordinarias de transmisión de los poderes y puede incluso suceder que con el tiempo queden abolidas (Notre Consolation. 15. León XIII).
  1. La democracia es forma legítima, aunque no la única.
  • [Ni está prohibido]… preferir para el Estado una forma de gobierno moderada por el elemento democrático, salva siempre la doctrina católica acerca del origen y el ejercicio del poder político (Libertas Praestantissimum. 32. León XIII).
  • …. la democracia, entendida en un sentido amplio, admite distintas formas y puede tener su realización tanto en las monarquías como en las repúblicas (Benignitas et Humanitas. 12. Pío XII).
  • Si el porvenir ha de pertenecer a la democracia, una parte esencial en su realización deberá corresponder a la religión de Cristo y a la Iglesia… (Benignitas et Humanitas. 44. Pío XII)
  1. La democracia sana exige determinados requisitos.
  • Una sana democracia… será resueltamente contraria a aquella corrupción que atribuye a la legislación del Estado un poder sin freno ni límites, y que hace también del régimen democrático… un puro y simple sistema de absolutismo (Benignitas et Humanitas. 28. Pío XII).
  • … donde está vigente una verdadera democracia, la vida del pueblo está como impregnada de sanas tradiciones. Representantes de estas tradiciones son… las clases dirigentes (Constitución Política y Democracia. 11. Pío XII).
  • La persona, el Estado, la autoridad pública, con sus derechos y deberes respetivos, están indisolublemente ligados por este lazo común: La dignidad del hombre es la dignidad de la imagen de Dios; la dignidad del Estado es la dignidad de la comunidad moral querida por Dios; la dignidad de la autoridad política es la dignidad de su participación en la autoridad de Dios (Crisis de poder y Crisis de Civismo. 8. Pío XII).
  1. Postulados falsos de la democracia radical.
  • … la voluntad del pueblo… ley suprema independiente de todo derecho divino y humano (Quanta Cura. 4. Pío IX).
  • … es necesario que todo cambie al compás de la voluntad del pueblo (Immortale Dei. 13. León XIII).
  • … el pueblo permanece como detentador del poder (Notre Charge Apostololique. 24. Pío X).
  • … la vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego del valor numérico (La Organización Política Mundial. 6. Pío XII).
  • Las leyes…, en vez de ser la razón escrita, representan sólo la fuerza numérica y la prevalente voluntad de un partido político (Annum Ingressi. 12. León XII).

 Ave María Purísima.


4 respuestas a «Todas las formas de gobierno son licitas si salvan la religión y la justicia»

  1. Dice usted
    “ ahora bien, la iglesia católica no es solo una sociedad perfecta, sino que, además, es superior a cualquier otra institución o sociedad humana “
    … millones de niños asesinados antes de nacer (aborto ) miles de mayores enviados al más allá con pasaporte artificial ( eutanasia )
    jóvenes de todas las edades mutilados, castrados, bestializados y que nunca podrán recuperarse ( reducción de la población ) , niños robados a sus padres por los “servicios sociales” ( el negocio de la adopción y pederastia ) vacunación-envenenamiento- de bebés y niños ( producción de enfermedades y los beneficios a largo plazo del el negocio de los medicamentos- más veneno) guarderías y escuelas contemporáneas que nos recuerdan los tiempos de Sodom y Gomorra …
    Usted otra vez
    “ …esta es la razón por la que la iglesia siempre ha juzgado que no es de su competencia declarar cual es la mejor forma de gobierno “
    según usted y su titular ( que no voy a repetir porque da náuseas) la moraleja es:
    Mientras El Estado me provea de un plato de lentejas y harina blanca ( usted para escribir estas cosas tiene que llevar encima un colocón de ….de mucho cuidado) a la justicia que le den por …)
    y ustedes van por la vida de guardianes de la moral !!!

  2. El gobierno español en particular y el Uropeo NOS/M 20/30 en general, no es laico como dice ser; sino que es anti cristiano, de principio a fin; solo que, como está basado en la hipocresía y la mentira, jamás reconocerá lo que son realmente, y solo por sus obras les conocemos los que no tenemos memoria de pez ni intereses. Y cuando digo el gobierno, digo el de turno, sea del partido que sea. Los amos jamás permitirán que a estas alturas llegue, no ya a gobernar, sino tan solo a influir en un gobierno, cualquier partido que se diga mínimamente cristiano, con su correspondientes valores.
    La situación, lejos de revertirse, se encona por momentos.
    Toda esta basura moderna procede del humanismo pagano. El único gobierno mínimamente cristiano que conozco es el de Franco y su media España, un oasis en un inmenso desierto moderno.

  3. Nota aclaratoria:
    Primero: El artículo tiene únicamente una intención informativa, la de dar a conocer el Magisterio de la Iglesia católica referente a la cuestión política de las formas de gobierno antes del Concilio Vaticano II y el cambio radical que supuso respecto a dicho Magisterio.
    Segundo: La Iglesia siempre consideró que lo que hace libre a una comunidad política, y por tanto que reine la justicia en ella, no es la forma de gobierno en concreto que rija tal comunidad, sino las leyes que se derivan de tal forma de gobierno. Son las leyes las que hacen que impere la justicia en una nación, y para que esto sea así tales leyes han de respetar la “religión y la justicia”.
    Tercero: La Iglesia, en su Magisterio, no se manifestó en pro de una forma concreta de gobierno, sino por cualquiera que respetara la “religión y la justicia”. Estas dos premisas son suficientes para darse cuenta que ellas mismas excluyen cualquier forma de gobierno autoritario, marxista, socialista, ateo, anticristiano, revolucionario, liberal. Hablar de “respetar la religión y la justicia”, es considerar que las leyes deben respetar la ley de Dios y la ley natural; sin estos dos presupuestos nunca podrá haber verdadera libertad en una sociedad, ni las leyes podrán ser justas.
    Cuarto: El papa Pío XII, pontificado previo al CV II, era consciente de que la forma de gobierno que se estaba imponiendo en el mundo era la democracia liberal. Así quedó marcado el curso de la historia tras la II Guerra mundial y la creación de Naciones Unidas. La Iglesia advirtiendo esta realidad no dejó de reivindicar, como lo había hecho a lo largo de la tradición, de que también la democracia debía respetar la ley de Dios, y en consecuencia, las leyes que emanaran de tales estados liberales y demócratas no deberían contradecir la ley divina, y por ende, la ley natural.
    Quinto: La realidad actual demuestra que la forma de gobierno democrático liberal es anti cristiano, y además de forma virulenta y agresiva. Esta forma de gobierno no respeta la “religión y a justicia”. Comprobamos que las leyes liberales desprecian la ley divina y la misma ley natural, de forma tal que se cuestiona lo que es ser hombre y mujer, verdadero integrismo irracional; la misma familia natural entre hombre y mujer ha sido arrasada de la sociedad; la vida humana está por debajo de la vida animal, que goza de más derechos. El aborto se ha impuesto a base de amenazas y penas de cárcel, como la eutanasia, constituyendo un verdadero holocausto silencioso. Se alaba y promociona la inmoralidad, más propia de seres irracionales que de seres humanos dotados de razón, etc.
    Sexto: Ya no se oye ninguna voz que diga con firmeza: las leyes deben respetar “la religión y la justicia”.

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