¡Traidores!

Por Eugenio Fernández Barallobre

10/11/2023 España

No deja de sorprenderme que, todavía a fecha de hoy, se siga señalando únicamente, con el dedo acusador, al sátrapa felón, culpándolo, en exclusiva, de todo lo que está sucediendo en España, una situación que, salvo que se remedie, la lleva, directamente, a la autoliquidación.

¿Realmente el único responsable, el único traidor es el sátrapa que, al precio que sea, se quiere perpetuar en el sillón? Yo diría que no, que la responsabilidad no le corresponde a él en exclusiva, pese a ser el incitador, el promotor de esta bajada de pantalones de los españoles ante golpistas, filoterroristas, podemitas, chorizos y delincuentes en general.

La culpabilidad de esta felonía, que están cometiendo con España, trasciende de la responsabilidad de un solo individuo y es extensiva a todos y cada uno de los integrantes del Partido Socialista Obrero Español -el más corrupto y traidor de la historia patria-, ocupen puesto o no, incluso a los que lo han votado, especialmente en las pasadas elecciones.

Si no somos flacos de memoria, todavía recordaremos -en estas mismas páginas hablamos de ello- cuando, en fechas pasadas, el grupo popular en el Ayuntamiento de La Coruña presentó, en el Pleno municipal, una moción contra la más que probable Ley de amnistía, lo que sirvió para que todos y cada uno de los integrantes de la Corporación se retratase. Pues bien, allí, la totalidad de los socialistas, sin excepción, empezando por la alcaldesita y siguiendo por el resto de la troupe, votaron en contra de la proposición hasta el punto de que alguno llegó a equivocarse a la hora de emitir el voto, aunque luego, claro está, rectificase de inmediato no fuera a ser que, en las próximas elecciones, lo apeasen de la lista y, con ello, perdiese la chupandanga. Ese es el mejor ejemplo de la indignidad sociata.

Pues esto mismo es aplicable a todos los demás miembros de ese partido corrupto que, si tuvieran un atisbo de vergüenza, honor y dignidad ya lo habrían abandonado y roto el carné en mil pedazos.

Ya veremos, el día que en el Congreso se apruebe esa indigna Ley de amnistía -contando con el voto indispensable de los beneficiados directamente-, como toda la bancada de lameculos socialistas y el resto de la izquierda se pone en pie para ovacionar, con auténtico fervor, el acuerdo tomado pese a que, con ello, se abre la puerta a la destrucción de España, con todo lo que ello implica.

Hay quien quiere ver una similitud de esta vergonzosa actitud con la ensoñación sufrida por los alemanes cuando Hitler llegó al poder. Ni es el mismo tiempo, ni las mismas motivaciones, ni la información estaba al alcance de todos como lo está ahora, ni la formación de las gentes es la misma, por tanto, la situación no guarda parecido alguno. Aquí, la única ensoñación que hay es la de no perder el poder, no perder las prebendas, no perder las mordidas, no perder los privilegios y, mucho menos, perder el sueldo, es decir, la treinta monedas por vender a quien sea, incluida su madre.

En consecuencia, la responsabilidad les corresponde a todos por igual. Desde el primero al último, se llamen como se llamen, son corresponsables de un delito de alta traición, de lesa patria.

Sin embargo, no deja de llamar la atención que, pese a la traición que están cometiendo, todavía siga habiendo alguno, incluso de esos partidos que se dicen defensores de la Patria, que les siguen riendo las gracias, aduciendo que no se puede tomar su actitud como una afrenta personal. Entonces, ¿cómo hay que tomarlo?, ¿es que es lo mismo que alguien vote en un Ayuntamiento en contra de asfaltar tal o cual calle a que lo haga cuando lo que se ventila es la continuidad o no de España? Probablemente, si a todos esos miembros de la Corporación, que votaron a favor de la amnistía, se le diese la espalda, despreciándolos a diario, retirándoles incluso el saludo, la situación no sería la misma.

No debemos olvidar, ni por un momento, que todos y cada uno de los miembros y simpatizantes de ese partido miserable y corrupto se quieren llevar por delante más de cinco siglos de Historia común.

¿Dónde están aquellos lideres socialistas -los tontos les llaman barones- que manifestaron su oposición a esta deriva a la que nos está llevando el sátrapa? De repente, todos se han quedado callados y, en primer tiempo de saludo, se han limitado a decir “a sus órdenes, señor” o, como dicen los yanquis “señor, si señor”. Así son los sociatas y así lo fueron siempre, que nadie lo dude.

Por tanto, todos, absolutamente todos los socialistas -ellos, ellas y elles como diría la estúpida de la otrora “favorita”- son responsables de este delito de alta traición y, en consecuencia, por mi parte, procedo a borrarlos de mi elenco de amigos y conocidos, si es que tenía alguno, que lo dudo.

Si todos fuésemos capaces de hacer esto mismo, no volver a mirar a la cara a ninguno de estos traidores, retirarles el saludo, despreciarlos y eliminarlos de nuestras listas de conocidos, la cosa cambiaría notablemente ya que ellos lo saben, igual que lo se yo, que su puesto, sea el que sea, no lo van a ocupar de por vida y, tarde o temprano, dejarán de pisar moqueta para volver al frío suelo de las calles.

¿Consentiremos que un puñado de indignos hagan que todos los españoles nos postremos a los pies de sus enemigos, implorándoles perdón, para que así, esa izquierda perversa y malsana siga gobernando?

Blog del autor: http://cnpjefb.blogspot.com/