Tres historias de valor en Malvinas

La guerra de las Malvinas fue marco de la extraordinaria calidad del soldado argentino.  En este video, que es muy corto, pero que como los buenos libros dejará un sabor en el lector de qué poco ha durado porque se pasa enseguida,  conversan sobre hechos de guerra de los que fueron protagonistas tres grandes soldados argentinos:

Los tres protagonistas

Una.- El Subteniente José Navarro, del Grupo de artillería Aerotransportada nº 4, entonces de 21 años, y hoy General, que cuenta cómo pudo recuperar unos cañones de 105 mm. que había tenido que desarmar para meterlos en el Guardacostas “Río Iguazú”, y cuando ya los tenía dentro el Guardacostas fue ametrallado y hundido por el ataque de dos aviones Sea Harrier de la aviación pirata, y sin medios hubo de sacarlos del fondo y recuperarlos para llevarlos a la línea de combate de Darwin donde se precisaban esos obuses para sujetar a los británicos. En esta acción de los Harriers, aunque no se diga en este video, murió el cabo Julio Benítez al pie de su ametralladora y cuando éste cayó bajo el fuego enemigo tomó la ametralladora el cabo maquinista José Ibáñez, averiando seriamente al avión del capitán Batt luego fallecido. Los cañones estuvieron empleados luego en un combate ininterrumpido de 36 horas donde los artilleros argentinos estuvieron combatiendo sin dormir.

Subteniente José Navarro

Dos.- El Subteniente Juan José Gómez Centurión, de la Compañía C del Regimiento de Infantería nº 25, entonces de 23 años de edad, que cuenta cómo ayudó a sacar los cañones a pulmón libre en unas aguas que estaban a 5 grados, y cuenta también el combate con su Sección de 38 hombres a una Compañía británica reforzada de 250 con todo su armamento, que solo en ametralladoras era el doble de lo habitual.  Aquí se narra también cómo tiene que dejar al Cabo Andrés Fernández, herido de un disparo en la cadera, porque están tan débiles de no comer que no puede cargar con él, le quita el armamento para que si lo descubren los ingleses no tengan pretexto para matarlo, porque es un hombre herido y desarmado, y promete venir a buscarlo de madrugada. Con dos soldados más,  Gómez Centurión se infiltra en terreno enemigo, con gran riesgo de su vida y la de sus dos soldados, consiguen localizar al Cabo Andrés Fernández y se lo traen a las líneas propias, en un acto de valor que demuestra la grandeza de la profesión militar cuando es pura, cuando es auténtica.

Subteniente Juan José Gómez Centurión

Tres.- Y el Cabo Andrés Fernández, que siendo cocinero, entonces con 22 años y no habiendo comida que cocinar, (los soldados argentinos que estaban destacados en las zonas de combate perdieron entre 10 y 19 kilos de peso por la falta de alimentos y de madera para hacer fuego) solicita combatir como fusilero, y resulta herido cuando cubría a su jefe Gómez Centurión en la emboscada a la compañía inglesa. Por su corpulencia el Subteniente no puede tirar del Cabo, y después de quitarle el armamento para que los ingleses no lo confundan con un combatiente agazapado, le promete que volverá a por él. En su intervención narra cómo la Virgen lo protegió con su manto celeste cuando un soldado británico pasó agazapado junto a él. Aquella madrugada su Subteniente cumplió la palabra dada, y con gran riesgo de su vida se internó en territorio ya infectado de ingleses y rescató al Cabo Andrés Fernández.

Cabo Andrés Fernández

El video merece la pena verlo, y también descargarlo y guardarlo cuando sea delito de odio hablar de estos temas, porque muestra la calidad y la grandeza de estas personas, que es extraordinaria.

Hubo una época que los españoles éramos como ellos, (en realidad ellos son también españoles porque llevan sangre española en sus venas y cultura española en su corazón), antes de que los políticos de la Transición nos corrompieran,  y los militares entregados a los políticos al servicio de intereses extranjeros,  canjearan la grandeza del Honor militar por una posición social-burguesa y un pabellón con piscina, como algunos jefes tribales canjeaban en el siglo XVIII a sus hijas o a un gran tesoro, por un espejo o un collar de cuentas sin ningún valor.


7 respuestas a «Tres historias de valor en Malvinas»

  1. Mucho se habla de los profesionales British, que han salido corriendo como todos – incluidos los españoles repartemadalenas- delante de una afganos con chilabas, sandalias y metralletas. Toma profesionaidad!! !

  2. Nuestros hermanos argentino, lucharon como jabatos, defendiendo su Patria, y por ello merecen todo mi respeto y admiración.
    ¡Viva Argentina, y vivan los bravos militares argentinos!

    1. Con mejor o peor fortuna por lo menos le plantaron cara al enemigo, cosa que no había pasado en décadas, cosa que los políticos de mierda que tenemos en España desde el post franquismo no sed atrevieron en el Sahara y nos quedamos con las ganas desde entonces.

      1. A Franco le tenían tanto respeto que hubo que esperar a que agonizara, para perdérnoslo a todos los españoles acto seguido. Y desde entonces, cada vez menos. El error de esa generación de valientes fue no saber inculcar suficientemente bien lo que sintieron a sus vástagos; la propaganda exterior y la secta interior hizo el resto.

  3. Impresionante, D. José.
    Hace falta mucho más que tener «olfato» para saber encontrar estos testimonios de moral militar, de humanidad, de hombría de bien.
    Desde luego no sé si en 1981 éramos dignos descendientes de la raza, lo que sí sé es que aquellos hermanos argentinos sí lo eran y también usted.
    Muchísimas gracias.

    1. No lo tengo tan claro.
      Me parece que fueron envíos previos, porque nuestro indigno presidente, de la «derecha de toda la vida (UCD=liberal conservador masón)» dijo, e hizo, todo lo posible para que Las Malvinas fueran una «cosa distinta y distante»

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