Un enfermo mental que pasa a la Historia

Por Pedro de Alvarado

29/11/2022 España

Ya se dijo que por sus hechos los conoceréis, sin duda, pero, y sin querer enmendar la plana a Nuestro Señor, por supuesto, también por sus declaraciones; pues ambas cosas, palabras y hechos, son importantes.

Pedro Sánchez ha escupido de nuevo, pues no sabe hacer otra cosa por esa boquita sucia que tiene desde que se miró por primera vez a un espejo y se quedó prendado de sí mismo, otra de sus «perlas», en esta ocasión en el homenaje que el Ateneo ha dedicado a la patética, penosa, grosera, soez e inestable Almudena Grandes que ya, para bien de todos, no volverá ni a escribir ni a publicar ninguno de sus acostumbrados panfletos: «Una de las cosas por las que pasaré a la historia es por haber exhumado al dictador de un gran monumento como el que construyó en el Valle de los Caídos (dicha decisión) no fue tanto eso, que también, no fue por supuesto por la deuda pendiente que tenemos con los familiares que aún buscan los restos de sus seres queridos, sino también reivindicar un pasado luminoso que quedó oscurecido del republicanismo que por desgracia fue segado por el golpe y la dictadura». Pues bien, por la boca, sucia en este caso, muere el pez, y este que ya es pescado acaba de delatarse… una vez más si es que hacía falta.

Calificar a Franco de «dictador» es demostrar un analfabetismo político monumental, máxime si lo hace un verdadero dictador, y además de corte bananero y de manual como es el propio Sánchez. Dictador es aquel que gobierna, aunque mejor habría que decir que desgobierna, sólo buscando perpetuarse en el poder y en beneficio propio y para ello manipula las leyes a su antojo y conveniencia. Comparen la etapa de gobierno del Caudillo con la de Sánchez, bueno, si es que es posible comparar peras con manzanas, y… no hacen falta muchos más comentarios, porque este indigente mental, anoréxico intelectual, mentiroso compulsivo, vendepatrias profesional y esquizofrénico amoral, ni en lo poquísimo bueno que pueda tener, si es que algo tuviera, le llega a Franco ni a la altura de la suela de los zapatos. Dime con quien andas o te acuestas y te diré cómo eres, y a sus amigos y parejas de cama política nos remitimos.

Este mequetrefe que se pasa la toda la legalidad, incluida la constitucional, por el arco según sentencia del propio Tribunal Constitucional, este pájaro de mal agüero que se refocila con los enemigos de España interiores y exteriores, es decir, con terroristas, peneuvistas, catalufos, amedrentadores de niños en las escuelas, cobardes abusadores y con el sultán marroquí, que pone en libertad a violadores y que protege a corruptos y estafadores, se cree que da lecciones a Franco.

Este profanador institucional de tumbas a destajo –bien que sólo porque cuenta con la complicidad de una Iglesia en ruinas, que si no otro gallo le cantaría–, sacrílego, irreverente, blasfemo, apóstata e impío obsesionado con los restos inermes de otros. Este, por lo dicho, cobarde patológico que se atreve con los muertos, pero no con los vivos, dice dar lecciones a Franco.

Este chisgarabís, zascandil y títere de los que en la sombra son peores aún que él, cuya personalidad está por debajo de la de una hormiga. Este individuo inhumano que es lo peor de lo más bajo, o, si lo prefieren, de lo más bajo lo peor, dice que  va a pasar a la Historia, pero no sabe que ya está en ella, sí, en eso tiene razón, pero por todo lo dicho, no por lo que él se cree, ya lo verán; además, cuanto más se cree uno, más dura es la caída.

PD.- En cuanto a la cursilería y horterada del «pasado luminoso que quedó oscurecido del republicanismo», es también la prueba del algodón del desvarío mental de un paleto egocéntrico hasta la nausea que no merece más comentario porque por sí mismo se descalifica aún más si es que es posible. Eso sí, lo peor es que puede que Sánchez sea lo que los españoles de este tiempo se merezcan porque teniéndole donde está y permitiéndole lo que le permiten se están también descalificando a sí mismos al ponerse a su bajísima altura.