Una doctrina para conservar en el corazón
Se ha olvidado en la Iglesia, ya no se considera el contagio que comunicó a los hombres satanás por el pecado, y que ese contagio continúa siempre en el mundo. Por este olvido, el hombre ya no busca en el médico la medicina de su dolencia, aunque el Señor, por su inmensa caridad dejó el remedio al pecado en sus palabras y obras.
El hombre es concebido en pecado, y cuánto se ha apoderado en su corazón la semilla que sembró el dragón, de soberbia, de presunción, vanidad, codicia, sensualidad y todos los vicios. Pugnan todos en vanidad y honra. Los sabios quieren ser aplaudidos y venerados; los que no lo son quieren ser sabios. Los ricos de glorían de sus riquezas, y por ellas quieren ser reconocidos; los pobres quieren ser ricos y parecerlo. Los poderosos quieren ser temidos y obedecidos.
Todos procuran parecer lo que no son, y no son lo que quieren parecer. Disculpan sus vicios. Se atribuyen bienes y beneficios, y cualidades, como si no las hubiesen recibidos. Todos están heridos con el mortal veneno de la serpiente, y más sedientos de beber el veneno del pecado cuanto más heridos están de este veneno.
¿La razón? El camino de la cruz y la imitación de Cristo por la humildad, y la confesión de la doctrina católica recibida en el depósito de la fe, está desierto. Muy pocos son los que caminan por él. No entienden, porque no quieren, la gran enseñanza que contienen la paciencia y el silencio del Hijo de Dios en su sagrada Pasión: quebrantar la cabeza de satanás y derrotar su arrogancia.
Conservemos en el corazón esta doctrina, aborrezcamos la ostentación mundana, dejemos que el mundo nos repute como ignorantes; también fue reputado de ignorante Jesucristo. Despreciemos el mundo que no conoce donde habita la verdadera sabiduría.
Ave María Purísima.

La sangre de Cristo es la verdadera iglesia, no la razón del corazón del cristo cultural de adoctrinamiento, quien despierta la sangre de cristo, recuerda su origen al cual pertenece. El despertar espiritual es de adentro a fuera, no revertido de afuera a dentro, que es lo que causa la desorientación espiritual y durmiendo en la vigilia.
Saludos cordiales