Una oración fundamental, toda ella caridad, pura caridad

Les vamos a ofrecer una de las oraciones más caritativas que el católico puede rezar; y si es diariamente y al empezar el día mejor que mejor.

Es una oración que rezuma caridad por los cuatro costados, porque con ella pedimos a Dios por los que van a morir. Sí, como lo leen. Porque cada día han de morir en todo el mundo miles y miles de personas a las cuales les habrá llegado el día y la hora, su momento, ese que Dios tiene señalado para cada uno de nosotros, y que muy posiblemente les vaya a coger en mala posición, o sea, sin estar en gracia de Dios.

Entonces, y pues es así, ¿por qué no pedirle a Nuestro Señor que tenga con ellos una especial misericordia y, a pesar de todo, los salve? No porque se lo merezcan, sino sólo y únicamente por Su infinita misericordia.

Además, rezar esta oración es esencial también porque a lo mejor uno de esos días en que la rezamos, y sin saberlo, claro, puede ocurrir que en realidad la estemos rezando por nosotros mismos.

Señor mío Jesucristo, misericordia infinita.

Te ruego encarecidamente,

por los infinitos sufrimientos de Tu Sacratísimo Corazón,

y los inmensos del Inmaculado Corazón de María,

que tengas, Señor, piedad,

de los pecadores y descreídos

que tienen hoy que morir.

Pues es Señor, tu misericordia,

Tú bien lo sabes,

su única posibilidad de salvación,

y Tú no quieres que se pierda ninguno.

Señor Mío Jesucristo, ten piedad de los pecadores y descreídos

que tienen hoy que morir. Amén.


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