Una sociedad enferma y asesina

Conforme hemos ido conociendo los entresijos que han rodeado al vil asesinato del pequeño Alex, de tan sólo nueve años, en Lardero, más puede afirmarse que quien realmente mató al chaval fue esta sociedad –esta vez sí–, enferma, criminal, degenerada y asesina, pues es tal el cúmulo de despropósitos que han salido a la luz que parece increíble si no fuera verdad, haciendo de nuevo cierto aquello de que la realidad supera siempre hasta a la más fantasiosa ficción.

Ahora nos enteramos de que el Ministerio del Interior, junto con Instituciones Penitenciarias, desoyendo no sólo a los técnicos de la Junta de Tratamiento de la prisión, sino incluso a los propios familiares del asesino, le concedió el tercer grado y con él la libertad. Que los directores de prisiones cobran un plus por vaciar las cárceles. Que su seguimiento una vez en la calle fue «virtual», o sea, por el papeleo administrativo. Que su asentamiento en Lardero no se comunicó ni la policía ni la Guardia Civil del lugar. Que se desoyeron por parte de dichos cuerpos las denuncias de varios niños y padres sobre las actitudes extrañas de una persona en el barrio, llegando alguna de ellas a llevar a los agentes hasta el mismo portal del edificio donde residía el asesino. Que no existe un registro de delincuentes sexuales, menos aún al que los ciudadanos tengan acceso e incluso puedan conocer dónde viven. Que se le dejó alquilar un piso justo frente a un colegio. Que nadie, por lo tanto, controló a semejante bestia en lo más mínimo.

Asimismo también nos hemos enterado de las barbaridades de nuestro sistema judicial. Este personaje deplorable ya tuvo una condena por abusos de la que quedó en la calle al poco. En tal situación, quedó con la empleada de una inmobiliaria para ver un piso en venta, en el cual, una vez a solas con ella, la violó, torturó y asesinó de manera bárbara y vil. Las condenas le fueron acumuladas, es decir, que cumplía las dos en una con la consiguiente reducción de ellas. Ninguna de las cuales, a pesar de lo cruel y terrible de los hechos, supuso la cadena perpetua; que debe ser sin opción a revisión, por no decir que lo lógico hubiera sido la de muerte y se acabó la historia. En la cárcel, le permitieron recibir visitas de furcias con las que acostarse, porque nuestras cárceles son un chollo, además de un cachondeo. Se le venían concediendo permisos por su buen comportamiento; lo último es que en la cárcel encima se porte mal, joder.

Ahora tal vez lo más doloroso. Lo trincaron con las manos sobre el pobre Alex porque varias personas observaron su comportamiento extraño con el crío y, en vez de ir a por él, a ver quién era, qué relación tenía con el niño, etcétera, se inhibieron limitándose a llamar a la Policía la cual acudió rápido, pero no tanto como para evitar que el degenerado acabara con su vida.

Y con todas mis disculpas, pero no voy a callarlo, el hecho patético de que el asesino confundió a Alex con una niña porque ¡sus padres le habían disfrazado de «niña del exorcista»! Sin más comentarios por ser los hechos los que son, que si no…

Además, y por último, y tal vez lo más definitivo, es que el luctuoso hecho se debe en gran medida a la enfermiza idiocia que aqueja a los ciudadanos que votan lo que conocemos y sufrimos desde hace décadas sosteniendo en el poder a una caterva de degenerados, chupópteros, caducos, analfabetos y corruptos que se dedican a lo que también sabemos sin que a pesar de ello reaccionen, ni siquiera ante hechos como el de Alex; ya lo verán.

Más parece que el menos culpable es el brazo ejecutor del asesinato.


Una respuesta a «Una sociedad enferma y asesina»

  1. Una de las grandes mentiras que se aceptan a pesar de que la realidad muestra lo contrario es que el sistema «democrático» -que de democrático únicamente tiene el nombre falso como falsos son todos los nombres que se ponen este sistema-, es el menos malo de los sistemas. «Menos malo», menudo eufemismo para engañar a los tontos y para negar la redondez de la Tierra y las deficiencias estructurales de un sistema que hace aguas por todos lados y que no conduce más que a la ruina de la Nación y de lo que están dentro.

    En un sistema corrupto a todos los niveles como es este, donde los peores son los que tienen que velar porque la corrupción la iniquidad y el crimen no campe a sus anchas, es una temeridad que exista la pena de muerte, porque de existir la pena, dado el mal uso que esto canallas hacen de los resortes del Estado, se impondría no a quien se lo merezca como es este caso sino a quien diga la Sexta y digan ministros falsarios como el de Interior. Pero está claro que si no fuera por eso, un hecho así no puede responderse con la cadena perpetua, porque ni la sociedad tiene por qué mantener la manutención vitalicia de un indeseable, ni con esa pena se satisface el ideal de Justicia de una pena proporcional al delito y que haga honor al dolor de la víctima, que ha pagado el mayor precio de los posibles, verse arrebatada su vida cuando tenía 9 años y la tenía toda por delante. La única proporción es una soga y un árbol, o como hacían los rojos en la guerra con algunos oficiales, echarlo a la jaula del oso a ver si con el oso es tan «valiente» como con el niño. A grandes males, grandes remedios. Todo lo demás son cuentos y complicidad en el delito.

    En un canal de Youtube, que me gusta su estilo llamado «Lagrimas progres»
    https://www.youtube.com/c/LagrimasProgresCanalYoutube/community
    se hacía una encuesta hace unos días en relación con este suceso, y preguntaba:

    «Estás a favor de la cadena perpetua como pide VOX y Rocío Monasterio en este vídeo?
    https://www.youtube.com/watch?v=VWgpHNxLpyg
    Y daba 2 opciones:
    – Sí, totalmente a favor
    – No, me parece excesivo

    Me parecieron demasiado escasas las opciones, debería haber al menos una tercera.
    En un Estado que tenga la Justicia como uno de sus pilares básicos aquí habría mucha tela que cortar, no solo contra el autor sino contra los implicados en el plus de pagar por hacer informes favorables y la bajeza moral como funcionarios de hacerlos por dinero porque ya podrían pagarme a mí lo más grande que yo no los haría. Y la Fiscalía y la Secretaría de Estado, tan activas para algunas cosas, en este caso se hicieron los locos.

    Me parece fatal lo que ha ocurrido, y con qué grado de fatalidad, pero si malo es el suceso, casi peor ha sido la reacción frente al mismo, las consabidas velas y tarjetas y flores como si con eso se consiguiera nada. Yo me pregunto por qué cuando una persona no hace la declaración de la renta, o dice algo que no se puede decir etc el Gobierno en lugar de crujirlo vivo ¿por qué no pone unas velas y escribe unas tarjetitas y unas flores?.
    Para lo que le conviene a él bien que reacciona con toda dureza y más (3 años de cárcel a quien se atreva a cuestionar la Religión oficial del Estado tiene tela, de lo de la Declaración de la Renta ya ni hablamos). Cómo el Gobierno y sus medios de comunicación saben canalizar la rabia de la familia y de la gente y llevarla a una vía muerta, para tirarla después por el fregadero abajo, manipulando el dolor de la familia que se deja manipular, y la indignación de la gente que se acuerda de Santa Bárbara únicamente cuando suena.

    Me da pena del chaval, y me da pena de haber llegado la imbecilidad social en España a un punto que no puedas sentir pena por sus padres, porque hasta para ser idiota y estar engañado hay un límite a partir del cual ya la gente no tiene excusa posible. Quizás en 1976 la gente podía ser idiota por ignorancia, pero 40 años después ya no hay ignorancia que valga, el que está con el sistema de travestir al niño de niña y del exorcista y abrazar Halloween, y con el mamoneo del PSOE PP, eso ya es para nota. Si sus padres no se hubieran entregado al sistema hasta este extremo, y en lugar de eso hubieran votado a D. Blas Piñar en 1977 esto no habría pasado, y no habría que poner velas ni tarjetas con ositos.

    Cómo se está hinchando Satanás en España, qué banquete se da todos los días. Eso es gula y lo demás son cuentos. Qué lástima que ante esta realidad lo importante sea rezar para que todos estos HP implicados por h o por b en el crimen y en las circunstancias que han propiciado el crimen, se conviertan, en lugar de darles su merecido como sería lo procedente en un sistema donde el ideal de Justicia no fuera una burla grotesca como es en España, o desautorizar una de las soluciones porque su amigo de juventud decía que leía a Schopenhauer. ¿Y estos canallas, estos qué leen, o en su caso da lo mismo porque no sirve para hacer propaganda?
    El destino de Alex, si Dios no lo remedia, es el destino común de una infancia que está en completa indefensión porque ni sus padres tienen cabeza para darse cuenta de dónde están metiendo a sus hijos, dado el lavado de cerebro y el discurso monocolor que existe en la sociedad y que se salga del redil a por él que para eso está la Fiscalía política.

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