Valentín Palencia: mártir él y sus discípulos (10)

Valentín Palencia

Valentín Palencia Marquina nació en 1871 en Burgos; su padre era zapatero.

A los 13 años comenzó los estudios eclesiásticos en el Seminario de San Jerónimo, siempre de externo por falta de medios económicos. Durante los diez cursos, 1884-1894, obtuvo notable de calificación media y dos años obtuvo sobresaliente. Su párroco lo calificaba de «joven ejemplar, aficionado a las cosas de la Iglesia, muy amante de los niños, a quienes procura instruir y educar cristianamente».

En 1896 comenzó su ministerio sacerdotal en la parroquia de la pequeña localidad de Susinos del Páramo hasta el año 1898, en que inicia su actividad caritativa y social en la capital, recogiendo niños huérfanos, marginados y desvalidos. El cardenal Fray Gregorio María Aguirre lo nombró director, capellán y profesor del «Patronato de San José para la enseñanza y educación de niños pobres», ubicado en la actual iglesia de San Esteban.

En dicho centro llegó a cobijar a 110 muchachos, 40 internos y unos 60 o 70 externos, a los que ayudaba, también, en un comedor de invierno. Soportaba horarios extenuantes con gran confianza en la Providencia. A pesar de las carencias, nunca rechazó a nadie en el Patronato. Su única exigencia es que fueran realmente necesitados. En momentos de apuro repetía «San José no me abandona». Los alumnos recordaban su amable trato y su gran estatura «Todo él era misericordia».

Con constancia y una impresionante laboriosidad, sorteó innumerables dificultades, dando prestigio al colegio que agregó a las Escuelas del Ave María. Su secreto para poder conducir a tantos niños era la pedagogía activa y una educación en la responsabilidad. Procuraba que la instrucción fuese alegre para hacer hombres de provecho y católicos cabales.

Dormía al lado de los niños, aseaba a los pequeños, les enseñaba a rezar, a estudiar, a ejercitarse en oficios manuales y jugaba con ellos. Soñaba con una escuela profesional, pero tuvo que conformarse con un pequeño taller. Reforzó la instrucción escolar con dibujos para la habilidad manual, teatro y música; logró formar un coro y una banda de música, actuando en conciertos y procesiones.

Por su labor humanitaria, el Gobierno del momento le concedió en 1925 la Cruz de Beneficencia. Se le incendió el edificio y lo reconstruyó a base de limosnas en menos de un año. Rechazó numerosos cargos y honores. En 1927) hizo un testamento de profunda humildad y espiritualidad: «La dicha por la que siempre ha suspirado mi alma es dar mi vida por Él…».

El 18 de Julio de 1936 la iglesia fue convertida en garaje y le prohibieron celebrar la Misa a partir del 15 de Agosto, pasando entonces a celebrarla en un rincón de su habitación, no dejando por todo ello de atender a los enfermos y de llevar la Comunión a las monjas Trinitarias. Un día, un mal alumno, por no haber recibido la propina de una peseta, lo denunció en el Frente Popular de Torrelavega. Viéndose perdido, la noche anterior reservó una Hostia consagrada para comulgar antes de que lo mataran.

Entonces, seis de los muchachos mayores fueron llamados a declarar contra él, lo que no sólo no hicieron, sino que cuatro quisieron acompañarle aún a sabiendas de que iban a matarlos, lo que efectivamente ocurrió en el monte Tramalón de Ruiloba (Santander) el 15 de Enero de 1937Los datos de los compañeros mártires de Valentín Palencia son:

Donato Rodríguez García: nacido el 27 de enero de 1911 en Santa Olalla de Valdivielso, Burgos.

Germán García García: nacido el 30 de octubre de 1912 en Villanueva de Argaño, Burgos

Zacarías Cuesta Campo: nacido el 10 de junio de 1916 en Villasidro, Burgos.

Emilio Huidobro Corrales: nacido el 9 de agosto de 1917 en Villaescusa de Butrón, Burgos.

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NOTA.- Esta serie está dedicada a los mártires de la persecución anticatólica entre 1936 y 1939 del Frente Popular, coalición marxista-leninista revolucionaria formada por el PSOE, PCE, CNT, PNV y ERC.


Una respuesta a «Valentín Palencia: mártir él y sus discípulos (10)»

  1. ¿Cuantos miles de sacerdotes, incluso varios Obispos, y monjas, fueron asesinados, no sin antes ser maltratados, torturados, muchas monjas violadas, etc…?
    ¿Cómo es posible que la Conferencia Epìscopal Española IGNORE TODO LO QUE SUCEDIÓ, y al paso que vamos, puede volver a suceder pronto…?
    ¿A quién SIRVEN esos prebendados?

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