VCR 8×8 «Dragón»: negligencias, ineptitudes, corruptelas y ¿responsabilidades penales?

Que la industria armamentística española está hundida en el mismo pozo que la propia España, no es un secreto. Que está afectada por las mismas gravísimas enfermedades, tampoco. Que todo se calla, lo mismo. Que nadie pone, ni quiere poner remedio, pues para qué decir. Pero que la culpa de ello lo tengan no sólo los políticos, esa nomenclatura viciosa y viciada de la que nada bueno podemos esperar, sino también los propios militares, esos a los que se les llena la boca de España y de su defensa, indigna sobremanera, porque han jurado lo que los políticos no, y porque lo suyo debería ser vocación y no negocio como lo de aquéllos.

El caso de la fabricación del VCR 8×8 «Dragón», o sea, el blindado sobre ruedas que deberá constituir la pieza esencial de la columna vertebral de nuestras tropas para al menos los próximos venite años según el flamante Plan 2035 ahora tan en boga, clama ya a estas alturas al cielo, porque reúne todo el elenco de negligencias, ineptitudes, corruptelas y, muy posiblemente de responsabilidades penales que puedan existir sobre la Tierra, en todo lo cual van de la mano políticos y militares; para que luego digan.

España poseía como sustitutos de los transportes blindados de tropas, los tan anticuados y sufridos TOA,s sobre cadena, a los BMR100 y los VEC, ambos sobre seis ruedas. El problema fue que a nadie de la cadena de mando militar se le ocurrió que tales vehículos eran potenciales ataúdes para intervenir en un conflicto tan particular como el de Afganistán; lo primero que hay que hacer antes de decidirse a intervenir en un conflicto es captar de qué clase se trata y si para ello hay medios, de lo que nuestros «estrategas» de uniforme parece que ni se pisparon, ni de lo uno ni de lo otro, o si lo hicieron no lo dijeron y callaron para no quedarse fuera de la «foto». Así, dichos vehículos pusieron enseguida en evidencia sus deficiencias toda vez que no poseían el blindaje –ni la movilidad– necesario para soportar las minas y artefactos incluso artesanales talibanes. Tal negligencia e ineptitud quedó al descubierto con la sangre de varios de nuestros efectivos al caer en trampas que a los blindados de los otros países en presencia ni les hacían cosquillas. Sobre lo dicho… silencio en la sala. Como solución de circunstancias se adquirieron algunos vehículos tipo MRPA que… aunque con mejor blindaje, seguían siendo demasiado pesados, lentos y… caros, muy caros. Sobre ello también… silencio en la sala.
Por lo anterior, así como porque los conflictos en los que nos venimos implicando –sin necesidad, ni sustento constitucional para ello, que conste– vienen siendo de la misma ralea que el afgano, surgió la imperiosa necesidad de dotarnos de un blindado para transporte de tropas que sustituyera a los BMR100, M113 y VEC (BMR modificado) de Caballería. Tarde, muy tarde, como siempre; para entonces los otros países ya lo poseían y además operativos.
Para ello, la Dirección Gral. de Armamento y Material (DGAM), encargada de los pliegos de condiciones, gestión de los contratos y demás cuestiones referentes a la adquisición de armamento, se puso a trabajar… bueno, y a bajarse los pantalones ante los políticos de turno, que el ascenso bien vale una chapuza.
Lo normal hubiera sido que Defensa, y más en concreto la DGAM, hubieran calibrado con exactitud lo que se precisaba a nivel operativo, que hubieran plasmado dichas características en un detallado pliego de condiciones y lo hubieran paseado por el mundo a la espera de ofertas; ese mundo, por supuesto, empresas españolas incluidas. Pero no, ya sabemos que no, que eso en España, en la España actual al menos, es imposible.

Y políticos y militares, todos a una –aquéllos porque ya sabemos a qué van, y éstos porque también lo sabemos–, se pusieron manos a la obra para… llevar a cabo el proceso de licitación no pública y transparentemente como debería ser, buscando ante todo la eficacia, sino mediante un subterfugio caciquil y corrupto que se conoce como «negociación sin publicidad»; tradúzcanlo por adjudicación «digital», o sea, «a dedo».
Para ello, y a espaldas de las empresas potencialmente interesadas en el contrato –los vehículos ya en fabricación y probados más destacados son: el VCBI francés / el FRECIA del consorcio OttoMelara e Iveco italiano / el BOXER alemán, uno de los mejores / el AMV finlandés–, Defensa «negoció» –¿comprenden el eufemismo?– con la UTE «española» formada por SAPA (para fabricar la trasmisión) empresa que ya dio el «cante» de lo mal que trabaja con la más que mediocre del fracasado Pizarro; INDRA (para la parte electrónica) empresa más que sospechosa incluso por problemas de corrupción/políticos, etc., y Santa Barbara Sistemas Gral. Dynamics, cuya sucesión de escándalos supera incluso a las anteriores, que ya es decir, por multitud de defectos, quejas, incumplimientos, etc., a lo que hay que añadir la forma en que la norteamericana se hizo con la famosa española que no pudo ser más oscura, penosa y perjudicial… para ambas, y de lo cual se podría escribir un enorme… sumario… penal. En definitiva, que Defensa apostó por la UTE española, en realidad una amalgama, una cueva de paniaguados, advenedizos, enchufados, inútiles, chapuzas, mal quedas y lo que quieran añadir, todo ello nada bueno.
Terminada la «negociación sin publicidad» se elaboró el pliego de condiciones ad hoc, o sea, con las condiciones, valga la redundancia, «negociadas» de manera que el contrato sólo podía adjudicarse a… tachán, tachán… la única «postulante»… la mencionada UTE; la excusa, que no razón, de que con ello se potencia la industria armamentística española y se crean puesto de trabajo es falsa, porque lo que se hace con tal clase de nepotismos es alimentar vagos y maleantes, y convertir en meros funcionarios a sus trabajadores.
Adjudicado el precontrato a la UTE en cuestión, sólo tenía que cumplir los mínimos, pues no había otra empresa alternativa, otra en posible sustitución suya, para hacerse con el contrato final en sí que, léanlo bien, ascendía a la fabricación de casi un millar de vehículos, su mantenimiento por 30 años y un importe de cerca de 3.000 millones de euros. O sea, la bomba.
Pues bien, ni por esas. Ni teniéndolo todo a huevo la UTE cumplió con nada; ni siquiera entregó a tiempo a La Legión, unidad designada para las pruebas en campo, los prototipos para pruebas de movilidad; ni siquiera fue capaz de abonar las penalizaciones de 10.000€/día por los retrasos; ni siquiera fue… para qué seguir. Ver para creer lo increíble. Así es que llegado el Otoño de 2019 –y después de casi cuatro años de retrasos y hueveos, de negligencias y no pocas comilonas para darse vaselina, y poco antes de que Sánchez nos «gaseara» con el Covid-19, el contrato se declaró, por parte de Defensa… desierto; y es que la cosa era ya un escándalo inasumible por nadie, ni siquiera por los que lo habían provocado, además de que, como se ha dicho, no había sustituto porque no se había permitido que «postulara» ninguna otra empresa.
Y no contento con lo ocurrido ¿qué hace Defensa, o sea, Margarita Robles y ahora el JEMAD, Gral. Villarroya Vilalta, el «bien pagao», y desde luego Sánchez el «tirano»? Pues como se ven con el agua al cuello con los muertos de la epidemia vírica y necesitan que no se hagan olas, piden a una empresa, eso sí, española, Ecribano Mechanical and Engineering (pero con nombre en inglés, que viste más… hay que joderse cómo hacemos patria) que fabrica componentes militares, que le fabrique urgentemente respiradores, a pesar, como reconoció su gerente, de que de tales artefactos no tenían ni noción, ni planos, ni pu… ñetera idea. Los muertos daban igual.
¿Y….? Como compensación, aunque perjurxen lo contrario, Defensa ha incluido a esta empresa (que fabricará la torreta del 8×8) en la ya de por sí nefasta UTE a la que por fin ha adjudicado el multimillonario contrato de los VEC 8×8 «Dragón», en plena pandemia vírica, o sea, con el público bien distraído y perdonando por la cara todo lo mal hecho por dicha UTE desde el principio hasta el final. Como pueden ver todo muy transparente, eficaz, coherente, etc..
¿Puede alguno de ustedes creerse que el «Dragón» llegará a tener dientes y a echar fuego por la boca? ¿Pueden imaginarse la cadena de negligencias, ineptitudes, corruptelas y muy posiblemente responsabilidades penales más larga y fuerte que la dicha? ¿Se puede insistir en dar tamaño contrato a quien no cumplió ni el precontrato? ¿Qué se alimenta, qué se potencia con todo ello? ¿Y nuestros soldados?

En las sociedades izquierdistas y liberales como la actual en España, no existe el concepto de «Ejército Nacional», esto es, la Nación levantada en armas y con un ejército para defenderla constituido por lo mejor de esa Nación.
Este tipo de ejército fue terminado de destruir en España cuando se hizo desaparecer el Servicio Militar Obligatorio en el Gobierno de Aznar, y la Defensa de la Nación, pasó de ser una obligación de todos y un puesto de honor, a ser únicamente la ocupación de una fuerza «mercenaria», que además se ve por el resto de la sociedad como algo ajeno que a este resto no le incube lo más mínimo. Hay que decir que el concepto de un ejército de Servicio Militar obligatorio no es incompatible con la existencia de un ejército profesional como primera respuesta, sino que ambos se complementan.
En el Ejército Nacional todo el pueblo, todas las clases y todos grupos sociales de una determinada edad tienen derecho a formar parte del mismo. La Defensa de la Patria no es, como la recogida nocturna de los contenedores de basura o la limpieza y riego nocturno de calles y alcantarillas, una ocupación de unos pocos, nada atractiva para el resto, sino una tarea de todos, cada uno en su puesto. Y cuando es una tarea de todos, y cuando todos los hijos de la Nación son llamados a vestir el uniforme, y a sufrir los rigores de la vida en campaña y arriesgar su vida en la defensa militar de su Patria, se toma conciencia que para los hijos de todos, que son los hijos de uno mismo, se quiere lo mejor, en este caso el mejor armamento, la mejor protección, los mejores equipos. Porque es para uno, para todos nosotros, y en esto no se pueden escatimar gastos porque la sangre de la Nación y el destino de la Patria no se pueden anteponer al dinero,que luego se despilfarra en tantas y tantas cosas inútiles y superfluas,entre ellas en pagar pensiones vitalicias a los políticos, y secretarias de buen ver, y coche oficial con chófer. Recordemos que la Guerra de las Malvinas de 1982 la perdió Argentina por no tener 15 ó 20 miles Exocet en lugar de 5, esa fue la diferencia entre la derrota y la victoria. No hemos aprendido la lección. Bueno sí la hemos aprendido, la han aprendido los enemigos de España, hace tres semanas en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el Diputado del BNGA (Bloque Nacionalista Gallego) Néctor Rego solicitó que el dinero que el Gobierno iba a dedicar a “tanques” lo dedicara a atender a las familias que se habían quedado sin trabajo. Podía haber dicho, que el dinero que la Ministra de Exteriores había anunciado que España le iba a dar a Marruecos y todo el Magreb para luchar contra el Covid-19, que lo diera mejor para las familias sin recursos. Pero no, el dinero que se gastara en Marruecos y en todo el norte de África para el representante del BNGA estaba bien gastado, el que estaba mal era el del raquítico presupuesto de defensa, que ya no da ni para bayonetas. Yo espero que si hay en el futuro una agresión de Marruecos, los señores del BNGA vayan en vanguardia y desarmados a enfrentarse a los moros, para que prueben ellos antes que los demás las consecuencias de su propia medicina.
A diferencia de este concepto de «Ejército Nacional» de los Estados Nacionales, en los Estados izquierdistas y liberales, como es el caso de España, el concepto es otro muy diferente: en lo humano frente a la Nación en armas de los Estados nacionales, el concepto es el de «carne de cañón» o el de “asalariados”, donde el Ejército ya no es el brazo armado de la Patria y depositario de sus esencias sino una especie de empresa, vacía de esos valores. Y en lo económico, en lugar de buscar lo mejor para que los hijos de la patria vayan al campo de batalla con los mejores equipos y el mejor armamento, como fue siempre así desde la antiguedad, el concepto es el «presupuestario» o económico. Al hijo se le dota de lo mejor que uno se puede permitir, al asalariado, sobre todo en las sociedades materialistas como son las sociedades izquierdistas y liberales, donde prima otro concepto propio de estas sociedades, el concepto mercantilista de “explotación”, el asalariado no es más que “fuerza de trabajo”, un elemento de la producción, y entonces en él se gasta lo justo para que sea “rentable”, para que pueda seguir produciendo. Recordemos cómo en las sociedades izquierdistas y liberales, el trabajador no es una persona portadora de valores eternos, sino “fuerza de trabajo” y “mercado de trabajo”, algo así como el mercado de esclavos de Estambul, en versión moderna. Su dimensión como persona, el salario como sustento de una familia, la propia existencia de esa familia y sus necesidades vitales, eso no cuenta para nada, al contrario cuenta para desarrollar políticas públicas que agredan a la familia desde todos los frentes posibles, desde el moral al económico pasando por todos los demás.
En este ejército de las sociedades izquierdistas y liberales la sangre no cuenta, porque funciona como una mera compañía mercantil, y para la carne de cañón poco importa la estirpe o la procedencia de la mano de obra o de la carne de cañón, lo mismo da que ese ejército de asalariados esté formado por mano de obra nacional, de Murcia, de Cáceres o de Santander, que de Nicaragua o Venezuela. Y cuando la mano de obra no es rentable, por ejemplo cuando cumple los 45 años después de haber entregado los mejores años de su vida a esa “empresa”, se les pega la patada al estilo liberal de las empresas capitalistas con sus empleados. Es justamente lo contrario del espíritu de «sangre y suelo» de los ejércitos nacionales.
En este contexto de la sociedad que tenemos, es más importante gastar el dinero en ”Asesores” que no tienen ni el Graduado Escolar, como publicaba el Boletín de Defensa el pasado 27 de marzo para colocar aun Diputado de Podemos que había perdido su escaño en las últimas elecciones, en traer MENAS de Marruecos y sostenerlos en centros para MENAS con el dinero de todos y despilfarrar el presupuesto en las subvenciones más absurdas, es más importante renovar a los señores diputados y senadores en cada legislatura sus “Iphone” y sus ordenadores, y sus dietas para que no les falte de nada, es más importante que hasta los políticos de medio pelo puedan alardear fanfarronamente que disponen de dinero “p’asar una vaca”, sus mariscadas y sus cocaínas (y podríamos seguir enumerando), que para dotar a los ejércitos. Y por ello cuando hay que elegir, siguiendo la definición de economía “medios escasos para usos alternativos”, entre renovar los Iphone de los señores diputados por un lado, o, de otro lado, de dotar a la “carne de cañón” de los vehículos adecuados para que puedan acudir al campo de batalla con garantías de no ser cazados como conejos, la elección para los políticos de las sociedades izquierdistas y liberales, parece fácil: lo que no se escatima para referéndum ilegales en Cataluña o para embajadas separatistas en el exterior desde donde apuñalar a España con el dinero de los españoles, se escatima a la hora de adquirir o producir armamento básico que ralentice un poco la brecha enorme que a cada año que pasa se abre entre las enormes cantidades de material bélico que adquiere Marruecos y el envejecimiento del nuestro.
En este contexto, la defensa nacional en sí misma no cuenta para nada, como tampoco cuenta la Sanidad pública (como desgraciadamente hemos tenido la desgracia de comprobar en estos meses), y tantísimas áreas de la acción de gobierno. En este tipo de contratos lo que se compra es lo de menos, cualquier cosa es más importante que el producto o armamento a adquirir, por ejemplo los puestos de trabajo que se aseguran en España, como si esos puestos de trabajo pudieran en el campo de batalla luego suplir si el vehículo VCR o el armamento es de muy peor calidad al que se debería haber adquirido. El fin en sí mismo no es dotar del mejor vehículo VCR 8×8 (Vehículo de Combate de tracción a las 8 ruedas) posible, sino es el propio procedimiento de contratación en sí mismo como ocasión de oro para justificar la existencia de cargos y sostenerse en los mismos, para el politiqueo e intereses de unos y de otros, lo que luego salga de allí da lo mismo.
El contrato se adjudicó a Santa Bárbara (que ya no es una empresa nacional y española aunque radique en España, sino una empresa privada que Aznar vendió a la norteamericana General Dynamics), en Unión Temporal de Empresas con SEPA e INDRA. Y claro en este plan el proyecto de un vehículo blindado de 8 ruedas lleva un retraso de más de 10 años, sin ver la luz al final del túnel, y con indicios de que a pesar de la espera y del enorme gasto del contrato, nos puede pasar aquí (Dios no lo quiera por lo que nos jugamos) lo mismo que con las mascarillas o test defectuoso que compró el gobierno, donde los test era lo de menos, lo de más era los comisionistas, los amiguetes, el mamoneo y todo lo demás que forma parte del ADN del PSOE en particular y de los gobiernos izquierdistas y liberales en general, incluido el PP.
Hay que recordar que la elección de SEPA es ya una apuesta a que el vehículo sea una patata, (como lo es también el hecho de que para reparar el motor y hasta para las funciones más elementales de mantenimiento o reparación menor, sea preciso sacar todo el motor del chasis del vehículo, lo que difícilmente puede hacerse en una situación de guerra real en el campo de batalla) porque esta empresa es la encargada de diseñar y fabricar la transmisión del VCR, y las transmisiones que fabrica esta empresa, según un canal bastante entendido en el tema como es “Cosas Militares” (cuyo autor escribe para la revista Ejércitos) , son famosas por su falta de fiabilidad como se ha puesto de manifiesto en la producción del vehículo de combate de Infantería “Pizarro”. Con lo cual con la elección de esta empresa ya empezamos a comprar las papeletas para fabricar un vehículo que no sirva en el campo de batalla, que solo sirva para poner ricos a los contratistas.
Se apunta en este artículo que estamos comentando que el vehículo VCR 8×8 alemán «Boxer» es uno de los mejores. La pregunta es si el BOXER alemán es uno de los mejores por qué no hemos adquirido directamente este vehículo, o lo hemos fabricado bajo licencia o hemos sacado un prototipo propio sobre la base de este vehículo alemán pero mejorando sus posibles carencias o talones de Aquiles. A este respecto hay que decir que otra característica de las sociedades izquierdistas y liberales es que el honor, el compromiso con la Patria, la dignidad, el sentido dela responsabilidad, el valor de la palabra empeñada, etc. etc. no son virtudes sino categorías perseguidas por el propio Estado. La política en las sociedades izquierdistas y liberales y los puestos de responsabilidad y gobierno, en sus distintos niveles, no se reservan para los hombres de mayor valía, y sentido del honor y de entrega a la Patria, porque esto son categorías calificadas de «fascistas» que prácticamente son ilegales, sino justamente para aquellos cuanto más mentirosos y sin vergüenzas, mejor. Para los que no tengan escrúpulos de vender a la vez la misma burra a 14 compradores distintos, de decir, afirmar y asegurar una cosa hoy y la contraria mañana y quedarse tan frescos. Cuando España malvendió la empresa Nacional Santa Bárbara a la norteamericana General Dynamics, los ingenieros alemanes de su industria militar, de las empresas alemanas Krauss-Maffei Wegmann y Rheinmetall quedaron consternados porque poco antes estas empresas habían enviado a sus ingenieros a España para ayudarnos en la modernización de los carros Leopard (de fabricación alemana) con los prototipos para el futuro VCR 8×8, creyendo que los españoles éramos gente de fiar, y se encontraron que después de poner a nuestra disposición, planos, ideas, soluciones de ingeniería militar, y tecnología, todo este conocimiento se lo pasaba España sin su permiso a una empresa como General Dynamics que es una de las grandes competidoras de las empresas alemanas (ya bastante sensibilizadas y molestas con este tema, porque el carro de combate norteamericano Abraham lo diseñaron los norteamericanos a base de copiarse de las ideas de los ingenieros alemanes). Desde ese momento, España, como país quedó fatal ante los ingenieros de unas empresas alemanas que se habían portado fenomenal con España. Esta es otra consecuencia nefasta de una sociedad de imbéciles que elige a los peores de los gobiernos posibles, desde hace 50 años y sin solución de continuidad. Si no lo pagamos muy caro el día de mañana en el campo de batalla, será porque Dios no lo quiera.
Muy buen artículo, como suele ser norma en este autor B. Díaz del Castillo.
Creo que es interesante como complemento de este artículo echarle un vistazo a estos tres videos:
https://www.youtube.com/watch?v=_NpLPPujHHI
https://www.youtube.com/watch?v=G_85ETFFdoM
https://www.youtube.com/watch?v=uHkD29S4XNE&t=424s
EXCELENTES AMBOS, EL ARTÍCULO Y EL COMENTARIO.
Yo prmanece trece meses en el servicio militar, y debo decir que no creo que fuere un tiempo mal empleado de mi vida, SINO TODO LO CONTRARIO.
Me ayudó a conocer más lugares de ESPAÑA, y, sobre todo, a otras gentes, de otras culturas, costumbres, regiones, etc., TODO LO CUAL TE HACE SER Y SENTIRTE MÁS ESPAÑOL.
¡Cuando AZNAR suprimió el servicio militar, creo que demostró al servicio de quién estaba…! LA MIZQUIERDA NUNCA SE HUBIERA ATREVIDO A SUPRIMIRLO, por lo menos en áquella época.
Solo una reflexión: ROMA EMPEZÓ A DECLINAR Y DEAPARECER EN LA HISTORIA CUANDO SUPRIMIÓ LA PRESTACIÓN OBLIGATORIA DE LAS ARMAS, Y CONFIÓ SU DEFENSA A MERCENARIOS, QUE SÓLO OBEDECÍAN AL QUE LES PAGABA LA SOLDADA…