¡Victoria! ¡Victoria! ¡Resucitó!
¡Victoria! Para los que durante la Cuaresma y la Semana Santa han acompañado a Nuestro Señor en la oración, en el ayuno, en la abstinencia, en la penitencia, en el Calvario y en la Cruz.
¡Victoria! Para todos los que, fieles a Jesucristo, han vencido sus tentaciones, se han mantenido en Gracia y no se han separado de Él.
¡Victoria! A los que no han renegado de Nuestro Señor, han dado testimonio de Él, han dado la cara por Él y han cumplido sus mandamientos.
¡Victoria! Porque ha resucitado, porque ha vencido, porque se ha cumplido Su promesa de que no moriría.
¡Victoria! Porque de nuevo comprobamos que, igual que no hay gloria sin cruz, siempre tras la cruz hay gloria.
¡Victoria! Porque ha vencido a la muerte y al pecado para siempre.
¡Victoria! Porque ahora sí creemos.
¡Victoria! Porque tenemos la seguridad de que nunca nos abandona, de que siempre estará con nosotros y de que tiene un lugar reservado para cada uno DE NOSOTROS en el Cielo.
¡Victoria! Porque sabemos que si trabajamos con ahínco por llegar a ese puesto, con Su gracia lo conseguiremos y en ese lugar moraremos por toda la eternidad.
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!
¡Féliz Pascua de Resurrección a todos!
Ha nacido el Redentor, el Mesías, el Señor.