Y parió la burra… perdón, Francisco I
Dicen que el Diablo, cuando está aburrido con el rabo mata moscas. Pues eso es lo que ha hecho Francisco I. Y me pregunto: ¿tal y como está la Iglesia no tenía otra cosa que hacer? Pues parece que no.
El Papa Francisco I, a quien Dios guarde ya poco tiempo en este valle de lágrima y lo acoja en el Cielo –bueno, una pasadita por el Purgatorio siempre viene bien–, ha emitido un motu proprio titulado Traditionis Custodes que, como todo en lo que hace este Papa, es lo contrario, o sea, que en vez de custodiar la Tradición, se la carga. Y es que la hipocresía de este hombre tan mundano es la misma seña de identidad que posee todo buen marxista; marxismo ahora disfrazado, como todo lo que es obra de Satanás, de buenismo, etc., que para eso el Diablo se las sabe todas ya, pues no en balde lleva siglos trabajando y es, sin duda, un gran profesional de lo suyo.
Para los que no lo sepan, en 2007, el Papa Benedicto XVI publicó el motu proprio Summorum Pontíficum por el cual regulaba el uso de la Misa Tridentina, o tradicional, o de San Pío V, como quieran ustedes, de forma que se podía celebrar siempre que se dieran una serie de circunstancias. ¿Por qué lo hizo? Porque tamaño tesoro –empezando por que es el Santo Sacrificio de Nuestro Señor, para qué más–, así como a los que deseaban asistir a Misa por dicha forma, se les perseguía con inquina y malicia por aquellos clérigos y «fieles» que sólo entienden la Iglesia según el post Concilio Vaticano II. Y digo post Concilio, porque si leemos los textos oficiales y finales de dicho Concilio, son intachables, si se quiere algo ambiguos en algunos puntos. Lo que pasó fue que tras su cierre se utilizaron esas ambigüedades para llevar a cabo una serie de reformas, entre ellas la de la Misa, a gusto de… los enemigos de la propia Iglesia que hoy están dentro. Y es que hubo un tiempo en que los herejes tenían, al menos, la decencia de largarse con sus seguidores al no estar conformes. Hoy no, hoy se quedan camuflados para hacer más daño.
La excusas, que no razones, que en su carta de justificación esgrime Francisco I son falsas, hipócritas, farisaicas. Aunque en el mundillo tradicional hay no pocos frikis que dicen más de una tontería, la inmensa mayoría ni lo son ni las dicen. Lo del cardenal Marcel Lefebvre fue algo puntual, más que superado excepto para unos muy pocos. Aquello, además de costarle la excomunión, fue neutralizado con un motu proprio de Juan Pablo II sobre el particular, así como con la creación por la propia Santa Sede de un instituto que, bajo su tutela, recogió a los tradicionalistas fieles a la Iglesia que eran… prácticamente todos. Asimismo, y a la vera de la sombra de Roma, con el tiempo se han cresado otros que siguiendo la Tradición son fieles hijos de la Iglesia, a ella sometidos, así como al Papa y de trayectoria intachable reconocidos y reconocida por el Vaticano. Luego el Papa miente descaradamente e insulta groseramente a los miles de tradicionalistas fieles a Roma; y que lo son mucho más que los que van de «progresistas» y que son, en realidad, unos retrógrados que nos quieren devolver al paganismo.
A continuación, lo que hace el Papa, sibilina y torticeramente, es cargarse la denominada por Benedicto XVI «forma extraordinaria» de la Misa, o sea, la tradicional, que declaró, lógicamente igual a la ordinaria, o sea a la del post Concilio Vaticano Segundo, siendo, ambas dos, como ya dejó sentado Benedicto expresiones diversas de una única y misma Misa; Benedicto es un teólogo de excepción, mientras que Francisco I es un bocazas impenitente.
Después, para asegurarse de que su rebuzno se lleve a efecto, pues se nota que va a lo que va, coloca todo bajo la bota de los obispos, a sabiendas de cómo están los obispos hoy en día, que sea por intereses mundanos, por cobardía personal o por pura y dura herejía –sí, como lo leen y lo pueden comprobar revisando sus actos–, van a cepillarse la Misa Tradicional. Ah, y por envidia, que conste, porque mientras sus parroquianos decrecen o practican una catolicidad «a la carta», los tradicionalistas han venido creciendo casi exponencialmente y entre ellos, sin dejar de ser pecadores, se observa una piedad que ya quisieran aquellos en los suyos… y en ellos mismos.
Para más inri y escarnio, Francisco I ha tenido la mala leche de publicar su motu proprio en vida de Benedicto XVI, detalle que no hay que menos preciar con el que pone en evidencia su miseria, así como cuánto dolió a los «progresistas» –en realidad unos retrógrados que nos quieren devolver al paganismo– el Summorum Pontíficum de tan insigne Papa.
Con la que viene cayendo en la Iglesia desde hace ya más de medio siglo, este Papa, a quien repetimos que deseamos que fervientemente que se vaya al Cielo mejor hoy que mañana, no tiene otra cosa que hacer que destruir… aún más l poco sano que queda. Muy contentos andan ya los diablos «progresistas» –en realidad unos retrógrados que nos quieren devolver al paganismo–, herejes de solemnidad y otros «católicos» de mal vivir. Pero más alegres que ellos han de ir los amantes de la Misa Tradicional porque es mandato, que no consejo, de Ntro. Señor, cuando se es perseguido por Su nombre ante el que toda rodilla debe doblarse.
Christus vincit! Christu regnat! Christus imperat!

No es necesario que Bergoglio se vaya al Cielo…, basta con que opte por hacerle compañía al gran desertor (que no gran papa) Ratzinger.
De todos modos, si Nuestro Señor no interviene directamente en la elección del próximo pontífice, mucho me temo que será otro «Bergoglio».
Y Dios qué opina?
¡ Pregúntaselo !
Le he preguntado y dice que Bergoglio fué elegido por el Sínodo. Por lo tanto, tiene su aceptación.
Pues continúe preguntando, y díganos para cuándo está prevista su jubilación y posterior elevación a los altares (como corresponde a todo «papa» posterior a Pío XII).
Además, si está seguro de que Bergoglio ha sido elegido por un «sínodo», entonces no hay duda de que es un falso romano pontífice.
Recomiendo vivamente la lectura de un artículo, es decir, un rebuzno, publicado en RELIGIÓN DIGITAL (nido de herejes conducido por el dúo sacapuntas José Manuel Vidal Y Jesús Bastante) y rebuznado por la incomparable monja argentina-catalana-independcentista-abortista y «proelegetebeiquer»Lucía Caram.
Demuestra que es sectaria, necia, demagoga, mundana, pelota de Bergoglio, y que no tiene ni pajolera idea de teología.
Dígaselo a Jesús. Según el Catecismo Dios es Todopoderoso. Aquí se me plantea un conflicto, ¿es Todopoderoso pero no puede con el Demonio? O no es Todopoderoso, y no han estado engañando toda la vida?
Estimado seguidor: ¿Quién dice que Dios no puede con el demonio? Quien no puede con el demonio es el hombre sin la gracia de Dios. Quien vive en gracia de Dios nada ha de temer del demonio, vive feliz y libremente, porque el poder divino le protege de todo mal.
El que es vencido y zarandeado por el demonio es el pecador que rechaza la gracia de Dios, ése es el que en su debilidad culpa a Dios antes de reconocer que su pecado.
El humilde que se reconoce hijo de Dios y busca dar gloria al Creador en todos y cada uno de los actos de su vida nada teme, nada le inquieta, nada le preocupa porque sabe que el Todopoderoso le cuida y protege de todo mal.
El demonio no es más que un ser al SERVICIO de Dios para recordar al hombre que si peca puede condenarse en el fuego eterno, para recordar al santo que ha de seguir siéndolo porque basta un solo pecado mortal para perder la santidad y llevarlo a la condenación; en definitiva, para recordar al hombre que ha sido creado libre para elegir el bien, que es Dios todopoderoso, porque si elige el mal es un esclavo del demonio y ha perdido su libertad.
Saludos cordiales
Pero los hombres que nacen bajo falsas religiones y no pueden tener acceso a la Religión Verdadera, ¿están todos condenados al fuego eterno? ¿Qué culpa tienen los niños que nacen allí?. ¿Sólo los que hemos nacido en el sitio correcto tenemos derecho al Cielo?.
Estimado seguidor:
1º. Hay hombres que habiendo nacido en falsas religiones sí tienen acceso a la verdadera religión, que es la católica. Así que los que tienen acceso a la verdadera fe pero libremente y conscientemente la rechazan son responsables y darán cuenta de ello en el juicio divino.
2º. Los hombres que han nacido en falsas religiones y desconocen por completo la verdadera religión no responsables de ello, pero sí tienen la luz de la ley natural en sus almas, que es reflejo de la ley divina, y según esa ley natural y la respuesta que el hombre de a ella serán juzgados en el tribunal divino.
3º. Derecho al cielo no lo tiene ningún ser humano. El Señor nos indica el camino de la salvación para nuestra alma, el que crea y le siga se salvará el que lo rechace se condenará. El juicio es de Dios y sólo Él conoce los que se salvarán y los que se condenarán. De aquí la urgente necesidad de la evangelización y de llevar la verdad de la Palabra de Dios a todo el mundo, para que oyendo crean y creyendo se salven. Y también la urgente necesidad de vivir en coherencia con la fe católica quienes tienen la gracia de haber nacido en el seno de la Iglesia católica.
Saludos cordiales